Literatura infantil y juvenil

viernes, 17 de agosto de 2007

Un recurso para la creación de hábitos de lectura

Entre los esfuerzos que realizamos para promover la lectura, estamos poniendo mucho énfasis en actividades dirigidas a niños, niñas y jóvenes menores de 15 años, así como en la familia, la cual juega un papel preponderante en la creación de hábitos de lectura.

Con la Primera Muestra del Libro Infantil y Juvenil, iniciativa de la Doctora Margarita Cedeño de Fernández, Primera Dama de la República, en este año del Libro y la Lectura, se busca fomentar la lectura, promocionar la literatura infantil y juvenil producida por nuestros autores nacionales.

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La literatura infantil y juvenil constituye un potencial estratégico de información, conocimiento, acercamiento y cambio de actitudes. Esta Literatura se define como aquella escrita, dirigida a lectores no adultos, niños y niñas de cualquier edad, de prelectores a adolescentes.

Aunque el concepto de literatura juvenil se utiliza y analiza con menor frecuencia, se trata de grupos de edad diferenciados, a los que se ofrecen temas, estilos, formas narrativas y puntos de vista diferentes. En los estudios académicos y la red en español el conjunto se designa habitualmente con la abreviatura LIJ.

Además se recomienda que, para lograr el mayor aprovechamiento de ese recurso, se realicen actividades sistemáticas de animación a la lectura y libro-forum que implican la puesta en común de las experiencias vividas tras la lectura del libro. Hay una serie de razones generales que justifican esto, ya que la literatura posee determinadas características y peculiaridades que hacen que los libros de lectura sean algo muy valorado en nuestro contexto cultural. Entre ellas están:

- Permite la formación y/o modificación de creencias, actitudes y opiniones; la lectura es uno de los métodos más eficaces para la transmisión de actitudes y valores. En el contexto escolar, cada día se utilizan en mayor medida como apoyo para tratar y para ilustrar muchos temas transversales y enseñanza de actitudes y valores.

- La lectura es uno de los medios más poderosos para adquirir informaciones de diversas índole, para conocer y aprender. Los libros aproximan al lector tanto a lejanos mundos de fantasía, misterio, humor y aventuras, como a los temas, intereses y cuestiones más cercanos del mundo actual. Proporcionan el conocimiento de situaciones, actitudes y problemas muy diferentes.

-Facilita la identificación del lector o lectora con alguno de los personajes y posibilita las habilidades de toma de perspectiva, empatía y juego de roles, lo que supone poder conocer otros puntos de vista, llegar a comprender los pensamientos y sentimientos ajenos.

- Estimula la reflexión y el análisis crítico respecto a la historia y su desarrollo.

- Por contraposición a los libros de texto, los libros de lectura son elementos importantes y atractivos para los niños y adolescentes que los usan de forma voluntaria y placentera como material de ocio. La lectura puede llegar a ser un auténtico placer y una fuente inagotable de diversión y disfrute.

En síntesis, se plantea la utilización de la literatura infantil y juvenil como un medio para facilitar el conocimiento y el acercamiento y como soporte de la promoción de actitudes positivas en niñas, niños y adolescentes.

Los maestros y las maestras a veces se olvidan de los sentidos a la hora de leer un libro. A pesar del duro aprendizaje que conlleva toda iniciación, las más íntimas y agradables satisfacciones sólo pueden ser fruto de una concitación de los cinco sentidos.

Las primeras impresiones visuales se mezclan con las que proceden de otros sentidos, por ejemplo, del tacto. La piel. Según Bohumil Hrabal, “quien no palpa los libros no los ama”. El primer acto de amor hacia un libro es acariciarlo, primero con la mirada, después, con la mano.

Por estas razones, quiero proponer que enseñemos a nuestros niños, niñas y adolescentes a leer con los cinco sentidos, para acercarlos más fácilmente a la lectura. La vista sólo proporciona un placer parcial de la lectura, por lo que es aconsejable iniciarse también en el reconocimiento, la apreciación, y el disfrute del libro a través del tacto, el oído, el olfato y el gusto.

El olfato nos pone en contacto con la apreciación y los aromas desprendidos por los diversos componentes del libro: cueros, papel, tintas o rancios olores, son captados por nuestras pituitarias.

Resulta todavía más divertido, más creativo y más irónico establecer relaciones entre los libros y los ruidos.

El gusto representa el punto culminante de la escala ascendente a la máxima deleitación o éxtasis de esa relación con el libro como objeto. Si los libros son alimento del espíritu, y si el espíritu es inconcebible sin un cuerpo, habrá que colegir que los libros son, también, alimento del cuerpo.

A lo escrito: avivemos los sentidos de los niñas, las niñas y los jóvenes. Entremos en los libros con los cinco sentidos bien despiertos.

Aunque será necesario un tiempo para que toda la sociedad se involucre plenamente en esta hermosa tarea de desarrollar hábitos de lectura, necesitamos seguir planteando alternativas como estas, dirigidas de manera especial a nuestra población joven, para incentivar más la lectura como un acto de diversión, como ocio sano, porque definitivamente, la lectura es algo divertido y así deben concebirla nuestros hijos e hijas.

* La autora es educadora

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